Su vida no ha sido nada fácil, y es que debido a una gran infección del oído la tuvimos que rescatar de la colonia para ponerla en tratamiento. Después de luchar mucho, la infección le ha dejado algunas secuelas crónicas. Siempre va con la cabeza ladeada, así que no podemos devolverla a la colonia porque no estamos seguros de que pueda valerse por si misma. Está en una casa de acogida y regularmente pasa revisiones veterinarias. Aunque al principio se mostraba muy desconfiada, poco a poco va ganado confianza y cada día está más tranquila. Nosotros tenemos la esperanza y la ilusión de que con el tiempo pueda ser feliz en la casa de acogida y se recupere lo máximo posible.